martes, 30 de abril de 2013

Hombre Lobo: Hombre Bestia






La terrible figura del licántropo surge desde un pasado remoto y oscuro, pero aún permanece entre nosotros: Sociedades secretas de guerreros y cazadores lobo, lobizones, chamanes capaces de transformarse en el espíritu del bosque, brujos que se metamorfosean bajo la Luna para darse un festín de sangre y violencia. Los hombres -bestia no son sólo un mito; son un fenómeno complejo que se ha ido desarrollando, entre el bien y el mal, a lo largo de la historia.


En esta oscuridad nace el mito, cuyas características son en cierto modo incongruentes, aún para esa lógica poética que llamamos mito. Dentro de esa hermosa visión del horror, se destacan, al menos para mí, la proyección de rasgos humanos y a la vez bestiales. Lo lógico, la respuesta natural ante los horrores que esconde la vida rústica, sería imaginar a los temidos depredadores naturales como vehículo catalizador del mito, sin embargo la laberíntica mente humana eligió evocar sus pesadillas a través de la piel de un hombre, cambiado en lobo mediante determinadas circunstancias que varían según la latitud del mito, pero que siempre mantienen un rasgo común: el verdadero enemigo no es el lobo, sino el hombre que lo encarna.

Muchos países y culturas europeas tienen historias sobre hombres lobo, incluyendo España, Grecia (lycanthropos), Bulgaria (varkolak, vulkodlak), Serbia (vukodlak), Rusia (volkodlak), Polonia (wilkolak), Rumania (vârcolac), Inglaterra (werewolf), Alemania (Werwolf), Suecia (Varulv), Francia (loup-garou), Galicia (lobishome, lobo de xente), Portugal y Brasil (lobisón, lobisomem), México (nagual), Lituania (vilkolakis y vilkatlakis) y Estonia (libahunt).


En el año de 1598, en un bosque remoto del oeste de Francia, un arquero y un grupo de campesinos armados se toparon con el cuerpo desnudo de un muchacho. El cadáver había sido mutilado y despedazado de manera horrible. Las extremidades, aún calientes y palpitantes, estaban empapadas en sangre. 

Cuando los hombres se acercaron al cuerpo, vieron que dos animales parecidos a lobos escapaban entre los árboles. Los campesinos , les dieron caza pero ante su asombro , descubrieron que lo que habían atrapado no era un lobo , sino algo que acabó por ser un hombre: alto, enjuto, vestido con harapos y con el pelo y la barba hirsutos. Horrorizados se percataron de que sus manos aún estaban manchadas de sangre y en las uñas , que parecían garras observaron carne humana. 


Un werewolf es una persona viva que tiene la capacidad de convertirse en lobo . La palabra proviene del ingles antiguo wer, que significa hombre y wolf lobo,. Un licántropo es alguien que padece una enfermedad mental y que llega a creerse transformado en lobo. Esta palabra proviene del griego y significa también hombre lobo.


Licantropía


Las leyendas de la metamorfosis de un hombre en lobo existen desde la más remota antigüedad, y sus orígenes y fuentes se pierden en la noche de los tiempos.

Los primitivos habitantes que arribaron a Europa encontraron un medio hostil, de bosques y pantanos; pero el lobo ya era conocido por ellos. Las oleadas migratorias de indoeuropeos traían consigo la palabra que los designaba, y su raíz no ha cambiado hasta el día de hoy: Vrika, Lycos, Lupus, Vulf, Wilf, Irfus, Wolf, Lobo. Todas estas variantes tienen un tallo común, el vocablo indoeuropeo, Vrik, que designaba a los lobos en general.

No se necesitó mucha imaginación para dotar al lobo de astucia, fuerza, e inteligencia, ya que estas virtudes le son inherentes, y posiblemente allí radique el temor ancestral que los lobossiempre han despertado en el hombre.

El antecesor del mito del hombre lobo es Lycaón, aquel desdichado rey de Arcadia. El mito es recogido por Pausanias, Platón y Ovidio, entre otros tantos.

Lycaón era hijo de Pelasgo, o de Titán, y de la Tierra; fue el padre fundador y primer rey de la ciudad de Licasura, erigiendo un altar en el monte Liceo en honor a Zeus Tonante. Sin embargo, cometió la imprudencia de querer engañar a los dioses, invitándolos a un banquete en el que hizo servir la carne de su propio hijo disimulada en una especie de guiso. La herejía fue desenmascarada, aunque es de caballeros confesar que al menos Demeter alcanzó a degustar el insólito manjar, y Zeus condenó a Lycaón y a toda su estirpe a convertirse en lobos.

De esta leyenda nace la tradición del hombre lobo. Lycaón es una deformación de la palabra griega lykhos, “lobo”; que con el tiempo terminaría por designar a todos loshombres lobo mediante la palabra compuesta "licántropo" (lykhos, “lobo”, anthropos, “hombre”).

El mito del hombre lobo floreció en toda la literatura antigua; incluso tiene una breve aparición en el Satiricón. Allí, en el capítulo XLII. uno de sus pícaros protagonistas, llamado Nirceo, nos relata cómo unos de los soldados se aproximaba al cementerio durante la luna llena, se despojaba de sus ropas dejándolas sobre una tumba, orinaba sobre ellas, y luego se convertía en un feroz y enorme lobo negro. Así concluye Petronio la historia del licántropoen boca de Nirceo.

...comprendí entonces que era el lobo del que me había hablado Melisa, y a partir de entonces me habría dejado matar antes que comer un trozo de pan en su compañía. Los que no me conozcan, y crean que miento, allá con su juicio, pero que me ahoguen los genios tutelares de esta casa si lo que he dicho es falso...

Ahora bien, no sólo la antigüedad clásica conoció a los hombres lobo, de hecho, el concepto de metamorfosis estaba muy ligada a la mentalidad nórdica, cuyas divinidades solían adquirir la forma de osos y lobos para mostrarse ante los humanos. Este tipo de transformaciones fueron luego adoptadas por la gente de los Balcanes. Muchas de estas leyendas estaban basadas en hechos reales, incluso muchas fueron tomadas en serio por intelectuales de la talla de Plinio, Estrabón, Dionisio, Virgilio, Varrón, San Agustín, San Jerónimo, Santo Tomás de Aquino, Paracelso, etc.


Hombre Lobo



Un hombre lobo es una criatura que posee la habilidad de transformarse en tres distintos seres, el confundir hombre lobo con licántropo es un gran error puesto que la licantropía es una enfermedad psicológica. Un hombre lobo puede transformarse en humano (es la transformación que comúnmente rige), animal (es simplemente un lobo pero más inteligente y grande) e hibrida (es la más poderosa puesto que es la unión de las otras 2, un hibrido mide 30cm más que en su forma humana).

Un humano puede transformarse en hombre lobo si uno le muerde o hiere de manera que sangre y sobreviva. No se sabe en qué tiempo se pueda convertir el "infectado" pero lo más común es a la próxima luna llena, donde sus poderes están más fuertes.
Un lobo común o algún otro animal de la familia de los caninos también puede convertirse si ¨se infectan como un humano solo que también se pueden infectar mordiendo el animal al hombre lobo, si esto ocurre con un lobo común o un perro la primera transformación será una fusión de la bestia y el animal más parecido al animal, no obstante se pueden transformar también en una transformación de hibrido similar a la del hombre lobo "humano". Si esto ocurre con cualquier otro canino como zorro, dingo, chacal o coyote la transformación será con rasgos de la especie, dando así un hombre zorro, hombre chacal, etc. 

Existía la creencia generalizada de que un verdadero hombre lobo sufría una transformación casi total, de manera distinta de lo que muestran las películas de Hollywood, en las que el hombre lobo conserva una apariencia básicamente humana, En el pasado hubo una gran controversia acerca de las personas que, según se decía, ocultaban su naturaleza de lobos, porque llevaban el pelo del lado del revés. Se aseguraba que su aspecto era corriente, pero al arrancarse la piel como se hizo con centenares de inocentes en diversas ocasiones durante siglos, el pelo del lobo se observaba al otro lado. Algunos cuentos sugieren que un ser especialmente perverso podría volver, después de muerto, convertido en lobo.

Aunque resulte sorprendente, eran muchos los que deseaban convertirse en hombre lobo, y además de ciertos métodos mágicos, seguían complicados rituales con la esperanza de lograrlo. El momento adecuado para lograr un cambio de esta índole era la medianoche, bajo la luz de la luna llena. La persona que iba a convertirse en hombre lobo dibujaba un círculo mágico y preparaba una hoguera sobre la que colocaba un caldero con una pócima de hierbas y drogas. Seguidamente, se untaba el cuerpo con un ungüento hecho con la grasa de un gato recién sacrificado, mezclado con ingredientes tales como grano de anís y opio. Luego se rodeaba la cintura con una tira de piel de lobo. Arrodillándose dentro del circulo mágico cuando burbujeaba la pócima mágica, entonaba un conjuro que decía:

“!Salve, salve, salve, gran espíritu del lobo salve!
Te pido un don, sombra todopoderosa. 
Con lo que he hecho dentro de este círculo, 
Hazme un hombre lobo fuerte y osado, 
El terror tanto de un joven como de un anciano. 
Concédeme un cuerpo alto y esbelto: 
La rapidez del alce, las garras del oso; 
El veneno de las serpientes, la agudeza de la zorra, 
La cautela del lobo, la fuerza del buey, 
Las fauces del tigre, los dientes del tiburón, 
Los ojos de un gato que ve en las tinieblas.”

Una plegaria tan intensa debía parecer irresistible. Para los escépticos, es significativo el hecho de que la pócima burbujeante incluyera gran cantidad de adormidera y que en el ungüento hubiese opio. Esto sugiere que el iniciado debía de encontrarse bajo el efecto de la droga. El conjuro acababa con el grito:
¡Hazme hombre lobo! ¡Devorador de hombres!
¡Hazme hombre lobo! ¡Devorador de mujeres!
¡Hazme hombre lobo!¡Devorador de niños! 
¡Anhelo sangre! ¡Sangre humana! 
¡Concédemela ! ¡Concédemela esta noche ! 
¡Gran espíritu del lobo!¡Concédemela 
y seré tuyo en corazón, cuerpo y alma!"

El origen del la leyenda se puede rastrear hasta la Grecia clásica, con la leyenda del rey Licaón rey de Arcadia , hijo de Pelasgo y de Melibea,  o tal vez de Titán y la Tierra, si bien fue un buen gobernante que saco adelante a su pueblo y erigió un altar a Zeus, llego a cometer sacrificios humanos, hasta llegar-afirma Ovidio a matar a todo forastero que se presentara en la ciudad, violando una de las leyes más sagradas en Grecia, la de la hospitalidad. Zeus enterado se hizo pasar por un forastero, y se hospedo en el Palacio de Licaón, los súbditos del rey presentían algo, Licaón para asegurarse le sirvió la carne de alguna de sus victimas a Zeus, quien furioso destruyo el palacio y transformo al rey en un lobo.
Según la leyenda, el primer hombre lobo reconocido fue Licaón, rey de Arcadia, Grecia. En la mitología griega, Licaón era un rey sabio y culto y una persona muy religiosa que había sacado a su pueblo de las condiciones salvajes en que vivían originariamente. 

No obstante, parece que él mismo continuó siendo un salvaje, pues a pesar de todo siguió sacrificando seres humanos en honor a Zeus, e incluso se dijo que asesinaba a todo forastero que llegara a su reino pidiendo hospitalidad. 

Al enterarse, el dios Zeus quiso comprobar los rumores y se disfrazó de vagabundo para hacer una visita a Licaón. Este inmediatamente pensó en matar a su visitante, pero se enteró a tiempo de que se trataba de Zeus y lo invitó a participar en un suntuoso banquete. Todo habría salido bien de no ser porque Licaón no pudo resistir la tentación de jugar una horrible broma al rey del Olimpo; ordenó que le sirvieran la carne de un niño (presuntamente un hijo suyo). 

Zeus se dio cuenta, por supuesto, y, encolerizado, condeno a Licaón a convertirse en lobo, y a que todos sus descendientes serían también hombres-lobo. (Hoy, se conoce como licaón a un pariente africano de los lobos).

Licaón tuvo numerosos hijos -los licaónidas- , según algunas versiones 50, fueron también famosos por su crueldad, Zeus una vez más enterado de esto, se hizo pasar por un mendigo quien pidió la hospitalidad de los licaónidas, quienes asesinaron a su hermano Níctimo para servírselo a Zeus, entonces este convirtió a los licaónidas en lobos (aunque según la fuente los fulmino o los expulso de la ciudad) y revivio a Níctimo , a quien instalo en el trono.

La historia de Licaón provee uno de los primeros ejemplos de la leyenda del hombre lobo. De acuerdo a la historia de Licaón, este se transformaba en un lobo como resultado de comer carne humana; un testigo que estuvo presente en un sacrificio periódico en el Monte Licaón dijo sufrir un destino similar. Plinio el Viejo, dijo citando a Euanthes (Historia Naturalis viii. 22/34. 81): que un hombre de la familia de Anthus fue seleccionado por Lot y fue llevado a un lago en Arcadia, donde colocó su ropa en un árbol y nadó a través del lago. Esto dio como resultado su transformación en un lobo, y vagó en esta forma durante nueve años. Entonces, si durante este tiempo él no atacaba a ningún ser humano, tendría la libertad de nadar de regreso y volver a su forma original.

Probablemente las dos historias son idénticas, aunque no se haya mencionado del sacrificio de Licaón por los descendientes de Anteo. Herodoto (iv. 105) menciona que la tribu Neuri, un pueblo que él ubica al noroeste de Escitia se transformaban anualmente durante algunos días. Virgilio también estuvo familiarizado cono la transformación de seres humanos en lobos (véase Eglogas viii. 98). En la novela Satyricon, escrita por Gayo Petronio cerca del año 60, uno de los personajes recita una historia sobre un hombre que se convierte en lobo.

Aunque existen constatados casos de hombres lobo anteriores, no es sino hasta la edad media cuando el fenómeno de los hombres lobo pasa a ser parte de las leyendas populares, su principal foco fue el centro y norte de Europa y las causas que hicieron q este fenómeno se propagase con tanta rapidez fue principalmente el gran indice de analfabetismo y el boca a boca.


En esta época de grandes pobrezas y hambrunas el ganado era fuente de gran riqueza entre la población, la presencia del lobo era motivo de temor, pues no solo era peligroso para el ganado sino que también acostumbraba a atacar a mujeres y niños que se aventuraban solos en el bosque (de hecho la mayor parte de los ataques de hombres lobo fueron realizados a mujeres y niños), y es en estas circunstancias donde en un clima de temor surge la leyenda del hombre lobo, motivada tal vez por la astucia de los lobos, por el miedo a un animal que caza en manada y con gran precisión y sobre todo a determinados crímenes realizados por hombres desequilibrados que asesinaron a mujeres y niños que se encontraban indefensos en el bosque, esto y el hecho de que la iglesia y su inquisición en su "cruzada" contra toda fuente de mal, muchas veces establecía sentencias inhumanas sobre algunas personas sobre las que se ejercía la acusación de ser un hombre lobo creo una situación de temor y es tan grave este que entre 1589 y 1610 fueron registrados 30.000 casos de denuncias de ataques o avistamientos de hombres lobo.

A partir de ese momento los hombres lobo parecen haberse multiplicado, al llegar la Edad Media, los cuentos de hombres que se transformaban en lobo eran comunes y la gente tenía tanta fe en ellos que ni siquiera se atrevía a salir de noche al bosque. Hay que recordar que en aquellos tiempos los lobos auténticos eran comunes y no era raro que atacaran a las personas. 

Más tarde los lobos fueron cazados y exterminados en gran parte de su área de distribución, pero el temor a los hombres bestia siguió igual de fuerte que antes, por lo que la macabra leyenda subsiste hasta nuestros días.

Según las creencias armenias, hay mujeres que a consecuencia de pecados mortales están condenadas a pasar siete años bajo la forma de un lobo. Un espíritu llega a tales mujeres y les da la piel de lobo. Éste les ordena ponérsela, y tan pronto como lo hacen aparecen marcas de lobo en su mano derecha. 
Una vez que su naturaleza es conquistada, se come a sus propios hijos, uno por uno, después devora a los hijos de sus parientes de acuerdo a la cercanía genealógica, y finalmente ataca a los niños ajenos a su familia. Pasa a vagar entonces solamente durante la noche, y las cerraduras y puertas se abren en su aproximación. Cuando está cerca la mañana vuelve a su forma humana y se quita la piel de lobo. En estos casos la transformación es involuntaria. Pero junto a esta creencia sobre metamorfosis involuntaria, se encuentran las creencias de que los seres humanos pueden transmutar en animales a voluntad y después reasumir su forma original.

En particular, Francia parece haber sido infestada con hombres lobo durante el siglo XVI, por lo que fueron numerosos los consecuentes juicios. En algunos casos - por ejemplo, los de la familia de Gandillon en el Jura, el sastre de Chalons y de Roulet en encoleriza, todo ocurriendo en el año 1598, - había clara evidencia en contra del acusado de asesinatos y canibalismo, pero ninguno asociado con lobos; en otros casos, como el de Gilles Garnier en Dole, 1573, hubo clara evidencia de existencia de algún lobo, pero ninguna en contra del acusado; en todos los casos, con muy pocas excepciones, había una predisposición del acusado en confesar e incluso en detallar las circunstancias de la metamorfosis, la cual es una de los temas recurrentes de brujería medieval. Aun cuando esta fiebre de licantropía (de ambos, acusadores y sospechosos) llegó a su cenit, se decidió en el caso de Jean Grenier en 1603 en Burdeos, que la licantropía no era más que una ilusión enfermiza. 

Desde entonces el loup-garou dejó de ser considerado como un herético peligroso, y regresó a su posición pre-cristiana como una simple amenaza "lobo-hombre". Las mujeres-lobo (lubins o lupins), fueron consideradas en Francia, no obstante, como hembras tímidas e inofensivas, en contraste con los temidos loup-garou.

De acuerdo con los obispos Olaus Magnus y Majolus, en las provincias de Prusia, Livonia y Lituania, los hombres lobo del siglo XVI eran más destructivos que los "auténticos lobos", y su heterodoxia surge de la aserción de los obispos católicos de que ellos formaron "una escuela maldita" de aquellos "deseosos de las innovaciones contrarias a la ley divina."

Sin embargo, al principio del siglo XVII en Inglaterra, los castigos por brujería eran aun perseguidos celosamente por James I de Inglaterra, para entonces el lobo ya estaba extinto hace largo tiempo por lo que este piadoso monarca estaba libre (Demonologie, lib. iii.), de acusar a los "warwoolfes" como víctimas de una ilusión inducidas por una "superabundancia de melancolía natural." Solamente las criaturas pequeñas tales como el gato, las liebres y la comadreja permanecían como vehículos para que el hechicero malo se transformase en ellos.

Los hombres lobo de la dispensación cristiana no eran todos considerados como herejes o viciosamente dispuestos en contra de la humanidad. "De acuerdo con Baronius, en el año 617, se presentó un grupo de lobos en un monasterio, y destrozaron a varios frailes quienes mantenían opiniones sobre herejía. Los lobos mandados por Dios despedazaron a los ladrones sacrílegos de la armada de Francesco Maria, duque de Urbino, quien había llegado para saquear el tesoro de la Santa casa de Loreto. Un lobo vigiló y defendió a San Edmund el Mártir, rey de Inglaterra ante las bestias salvajes. San Odo, Abad de Cluny, asolado por una manada de zorros, fue liberado y escoltado por un lobo" (A. de Gubernatis, Zoological Mythology, 1872, vol. ii. p. 145). 

Gran parte de los hombres-lobo eran personas inocentes y temerosas de Dios, que sufrían a través de embrujos de otros, o simplemente estaban destinados a un destino infeliz, y quienes en forma de lobo se comportaban de una manera admirable, honrando y protegiendo a sus benefactores. El "Bisclaveret" en el poema, el héroe de "William y el Hombre-lobo" de Marie de France (c. 1200), perteneció a esta clase, y los numerosos príncipes y princesas, damas y caballeros, quienes aparecieron temporalmente en forma de bestias en los cuentos de hadas alemanes (o Märchen). 

Véase "Blanca Nieves y la Rosa Roja," donde el oso feroz es realmente un príncipe encantado.

De hecho, el poder de transformar a otros en bestias salvajes no sólo fue atribuido a hechiceros malignos, sino también a santos cristianos. Omnes angeli, boni et mali, ex virtute naturali habent potestatem transmutandi corpora nostra ("Todos los Ángeles, buenos y malos tienen el poder de transmutar nuestros cuerpos"), fue la sentencia de Santo Tomás de Aquino. 

San Patricio transformó a Vereticus, un rey de Gales, en un lobo; y San Natalis maldijo a una ilustre familia irlandesa con el resultado de que cada miembro de ella estaba condenado a ser un lobo por siete años. En otras historias la voluntad divina es más directa, en Rusia, se supone que los hombres se convierten en hombres lobo al incurrir en la cólera del diablo.

Ciertas creencias sobre el hombre lobo se basan en acontecimientos documentados. La Bestia de Gévaudan era una criatura que aterrorizó el área general de la provincia de Gévaudan, en el actual Departamento de Lozère, en las Montañas de Margeride al sur de Francia, en el lapso de 1764 a 1767. 

La bestia fue descrita frecuentemente como un lobo gigante, y atacó al ganado además de seres humanos sin distinción.


Diferencias entre Licántropo y Hombre Lobo 


Antes de hablar de los hombres lobo en sí, se debe establecer una diferenciación entre licántropo y hombre lobo:

  • El Licántropo es en sí un ser humano normal pero un desequilibrio psicológico le hace pensar que es un animal (en este caso un lobo) y actuar en consecuencia cometiendo crímenes atroces como el asesinato y el canibalismo.
  • El Hombre Lobo no es un humano, aunque pudo serlo y transformarse posteriormente, su diferencia con el ser humano es su "maldición" que lo hace convertirse en un ser mitad lobo mitad humano que debe alimentarse de carne y sangre para vivir, tradicionalmente se ha dicho que el hombre lobo debe alimentarse de carne humana para sobrevivir pero no es así  se cifraron gran cantidad de casos en los que hombres lobo atacaban al ganado, aun así cualquier ser vivo que se encontrase a un hombre lobo tendría un riesgo potencial de ser atacado, pues el hombre lobo es en esencia un cazador que disfruta matando y devorando sus presas.

En el hombre lobo hay de verdad un cambio físico. Este puede ser voluntario, o puede ser obligado por ciertos ciclos de la luna y ciertos sonidos como el aullido.

Características del hombre lobo



El hombre lobo es una persona que se transforma en lobo, ya sea a propósito, por medio de la magia, o involuntariamente, por una maldición u otro agente exterior.

Gervase de Tilbury, cronista medieval, asoció la luna llena a la transformación, pero no es un concepto común. Esta idea la popularizaron los escritores de ficción moderna. Del mismo modo que es la narrativa moderna la que estipula que la manera de matar a un hombre lobo es mediante una bala de plata.pues esto no aparece en la mitología.

No en todos los países hay lobos, por esto otros animales han tomado su lugar, por ejemplo en América Precolombina, abundan la leyendas de hombres jaguar, en África, los hombres hiena o leopardo, en India se pensaba que los tigres eran capaces de convertirse en hombres para engañar a estos. 



En Europa, el mito del hombre lobo está muy vinculado a otras supersticiones y a la magia negra. El mito es esencialmente masculino.

Según la tradición, la mayoría de los hombres lobo no se transforma voluntariamente, sino que son víctimas de una maldición, y sufren enormemente con la transformación, y pierden la conciencia humana, por lo cual son peligrosos hasta para sus seres queridos. La única forma de librarlos es darles muerte.

En el folclore gallego, portugués, uruguayo, y argentino, el séptimo hijo varón, se transforma en lobisón, los viernes de luna llena.

Algunos síntomas atribuidos a la licantropía

Renguera, inflamación del rostro, insensibilidad ante la picadura de insectos, utilización de palabras cuya semántica era sospechosa, insensibilidad ante las punzadas aplicadas por los piadosos inquisidores, etc. Estas eran algunas de las excusas para torturar a los acusados de licantropía, pero quizás la más famosa de todas era la llamada “Clamores de vientre”.

En Italia, durante el siglo XVI, se pensaba que a los hombres lobo cuando adoptaban la forma humana, ocultaban su exceso de pelo en el interior del cuerpo, es decir, el hirsuto y negro pelaje crecía hacia adentro durante el día para brotar durante la metamorfosis.

Existen varias referencias a los pobres diablos que cayeron bajo las garras de esta creencia, quienes eran escaldados por el clero para probar las irrisorias acusaciones de licantropía.

Los procedimientos y procesos contra los hombres lobo son variados y muy numerosos, y los remedios para combatirlos son tantos que sería imposible describirlos a todos, por lo que sólo daremos cuenta de los más célebres, lo que no quiere decir que sean los menos absurdos. 

En Francia se creía que el único modo de matar a un hombre lobo era extraerle tres gotas de sangre; tarea que seguramente es más complicada que inverosímil. Por si la dificultad fuese de por sí escasa, la tradición quiere que la extracción de las tres gotas tenga lugar durante la metamorfosis. 

En los Balcanes fueron más prudentes en este sentido, ya que bastaba con darle al licántropo una infusión de acónito (una planta medicinal) para eliminarlo. 

Para aquellos fundamentalistas de la tradición, les advertimos que la creencia en las balas de plata como medio de matar a un hombre lobo, se remonta precisamente a la época en que las balas fueron inventadas. Mi búsqueda de casos de leyendas de licántropos eliminados mediante el disparo de balas de plata anteriores a la invención de la pólvora, han dado resultados negativos. 

Aclaro que no sólo basta una bala de plata para matar a un hombre lobo. El asunto es un poco más complicado, ya que la bala debe estar confeccionada con la plata de algún objeto religioso o sagrado, y luego santificada por un clérigo o leguleyo. 


La leyenda es tan conocida que no nos creemos capaces de aportar nada nuevo, de hecho, sólo hemos recopilado información sin sacar ninguna conclusión personal. Para que no se nos acuse de tibieza patológica, haremos una pequeña aportación al debate, algo esquiva si se quiere, pero que no deja de ser original. 


Aspecto del hombre lobo 


  • Un hombre lobo es normal la mayor parte del tiempo, aunque muy velludo y con los sentidos más desarrollados, y su estado físico es muy bueno. Es durante la luna llena que se transforma. Su aspecto puede ser el de un lobo de gran tamaño, hasta el de un humanoide peludo con colmillos enormes. 

  • Son inmunes a la edad y de la mayoría de las enfermedades físicas debido a la constante regeneración de su tejido físico.  Ellos pueden, por tanto, prácticamente inmortales.  Sin embargo, pueden ser asesinados por cualquier herida que destruye el corazón o el cerebro, o cualquier otra forma de la muerte que causa daño cerebral o del corazón (como la horca o el oxígeno de otros métodos de privación).

  • La mente de un hombre lobo: Aunque principalmente un cierto tiempo en forma de lobo, hay alguna prueba de que el lobo mantiene los conocimientos suficientes para ayudar a su muerte, el reconocimiento de las víctimas, evasión de las trampas, la astucia y humanos han sido vistos en los casos hombre lobo.


Transformarse en hombre lobo


La creencia de que una persona puede transformarse en lobo esta en casi todas las culturas del mundo, entre las que podemos mencionar:

ARGENTINA: Lobisón es la palabra para llamar al hombre lobo en el norte de Argentina, es el séptimo hijo varón, cuando se convierte en una criatura, con mucho pelo que se asemeja a un lobo, éste vaga por las colinas y montañas y se alimenta principalmente de carroña, pero si se cruza con un ser humano lo atacará y si sobrevive se convertirá en lobizón, otra forma de convertirse en lobizón. En principios de 1900 la leyenda del séptimo hijo varón estaba tan extendida por la República que causó muchos abandonos de bebés como también que muchos se dieran en adopción, y se dice que en algunos casos los padres mataron a sus propios hijos. Debido a esto se promulgó una ley en 1920 a través de la cual el Presidente de la Nación es el padrino del séptimo hijo varón de una familia, con esto el Estado le da al niño una medalla de oro en el día del bautismo y una beca para sus estudios hasta los 21 años de edad. Supuestamente esto terminó con el fenómeno de las familias que abandonaban a sus hijos. La ley tiene todavía sus efectos pero ya es una tradición popular que el Presidente apadrine al séptimo hijo varón.

BRASIL: Bastante parecida a la leyenda argentina en Brasil el séptimo hijo varón se convertirá en lobisomen por primera vez cuando cumpla 13 años solamente por dos horas desde la medianoche hasta la dos de la mañana, durante los viernes de la Cuaresma.

FINLANDIA: Generalmente en Finlandia una persona se convierte en hombre lobo por un hechizo que le hace una bruja a una persona, y son hombres lobos durante días y noches hasta que acaba el hechizo, la forma de romper el hechizo es que una persona lo reconozca y lo llame por su nombre o le de pan para comer.

MEXICO: Se llaman nahual, y es básicamente una leyenda azteca esencialmente se trata de un hechicero capaz de transformarse a voluntad en un coyote negro, en los tiempos pre hispánico fue una leyenda en la que creían muchas personas. Aun cuando los conquistadores españoles no creyeron mucho en esta leyenda sí estaban muy influenciados por leyendas europeas sobre hombres que se transforman en lobos. Aún hoy en día hay varios grupos indígenas que creen que las personas pueden voluntariamente transformarse en coyotes u otros animales a través de la magia y la hechicería. De acuerdo a las creencias actuales las personas pueden transformarse en animales salvajes haciendo las siguientes cosas: saltando encima de una cruz de madera; entrar en un sueño profundo envuelto en una piel de animal o cubriéndose el cuerpo con un ungüento hecho con hierbas.No todos tienen la capacidad de transformarse en animales, sólo tienen esta capacidad algunas personas, aparte también tienen que ser hechiceros experimentados.

RUSIA: La persona que desea transformarse en hombre lobo, se interna en un bosque y clava un cuchillo de cobre en un árbol y baila alrededor de este mientras canta determinados conjuros, después de realizar este conjuro el espíritu del lobo tomará su alma.

De acuerdo a las distintas tradiciones las siguientes son las formas más conocidas de transformarse en un hombre lobo:

  • Comer el cerebro de un lobo. 
  • Comer carne de lobo asada. 
  • Vestir una piel de lobo. 
  • Llevar un cinturón hecho con la piel de un delincuente ejecutado. 
  • Ser mordido por un hombre lobo. 
  • Una forma sencilla es desnudarse y usar un cinturón de piel de lobo.
  • En otros casos se frota el cuerpo con savia mágica.
  • Otra manera es bebiendo agua de la huella de un lobo, o beber en ciertas fuentes encantadas. 
  • El empleo de la magia negra es otra forma de convertirse en lobo, para satisfacer las ansias de carne humana. 


Eliminar la condición de Hombre Lobo



  • La manera más sencilla es quitarse el cinturón de piel de lobo. 
  • Otra forma es el desencantamiento. 
  • Una manera peculiar consiste en que el hombre lobo se arrodille en un punto durante cien años, y sea reprochado por su condición. 
  • Ser saludado con el signo de la cruz 
  • Ser llamado tres veces por el nombre bautismal. 
  • Ser golpeado tres veces en la nuca con un cuchillo 


Muchos cuentos europeos mencionan lanzar un objeto de hierro sobre o hacia el hombre lobo, para que revele su forma humana.


Muchos estudiosos afirman que la leyenda de la transformación en lobo durante la luna llena es una adición medieval, pero no es así. Ya Plinio el Viejo, en su Historia Natural, nos narra la historia del hechicero Domaco, quien por haber cometido antropofagia fue condenado a convertirse en lobo durante las noches de luna llena.

Aunque la forma más conocida de convertirse en hombre lobo es la de escapar vivo del ataque de un hombre lobo, las leyendas de la época establecían circunstancias en las cuales era posible el nacimiento de un hombre lobo:

En general una persona que en las noches de luna llena se transforma en un lobo, durante el día es una persona normal pero tiene ciertas características que podrían delatar tal condición, por ejemplo: tener extraordinariamente largo el tercer dedo de las manos, generalmente duermen con la boca abierta, tener en la forma humana las heridas adquiridas cuando era lobo, un hombre lobo queda exhausto después de la transformación y necesita mucho tiempo para su recuperación.

  • El nacimiento del séptimo hijo varón consecutivo, esto es que sus 6 primeros hermanos fueran varones como él.
  • El ser objetivo de una maldición que te transforme en uno.
  • El ser hijo de un matrimonio incestuoso (matrimonio entre miembros familiares de primer grado).
  • Y la última aunque se daba en un menor número de casos era haber nacido la noche del 24 de Diciembre (ya que esto se consideraba como una afrenta a Dios).

Defenderse de un Hombre Lobo 


Algunas tradiciones afirman que debe ser llamado tres veces por el nombre de pila o extraerle tres gotas de sangre mientras se produce la transformación. El exorcismo también fue una receta difundida, o también alguna planta medicinal. Pero lo más efectivo es dispararle con balas de plata bendecidas previamente por un sacerdote y confeccionadas con algún objeto de culto cristiano.



Destruir a un Hombre Lobo


Según las leyendas debes herirlos gravemente con plata (sobre todo en el corazón), aunque para estar seguros hay que separarlos la cabeza del cuerpo. También mueren con fuego, es decir, quemándolos.

Aunque en el cine se establece como única forma de matar a un hombre lobo el uso de la plata, en la tradición europea de la edad media no se precisaba de ningún medio especial para matar a un hombre lobo, no era más que una abominación de la naturaleza influenciada por el mal y por lo tanto podía ser matado como cualquier otro animal. 

Es mas durante esa época el temor al lobo hizo que se masacrara a este animal por todo el centro de Europa. Como método de la inquisición para determinar si alguien era hombre lobo o no, solía despellejar a las personas para ver si tenían el pelo debajo de la piel o torturarles hasta que reconocían que eran hombres lobo.


Brujas y Hombres Lobo


Tan profunda era la creencia en los hombres-lobo, que en los siglos XV y XVI se los consideraba en toda Europa como equivalentes a los hechiceros y las brujas, y cualquiera que fuese sospechoso de ser un hombre-lobo era quemado o colgado con la mayor crueldad, especialmente en Francia y Alemania. Como explica Elton B. McNeil en The psychoses (Las psicosis, 1970), al comentar aquella época de flagelaciones, tarantismo (manía de la danza), histerias masivas, fantasías hipocondríacas, proyecciones, alucinaciones, hechizos y hombres lobo. 

Esas actitudes reflejaban una psicología influida por la creencia de que «los dioses enloquecen a quienes quieren destruir.» La locura, como expresión de la voluntad de Dios, se convirtió en una epidemia. Su cura consistía en un ritual religioso cuyo propósito era usar a los psicóticos como blanco de la persecución religiosa y reafirmar el valor de los benditos, inocentes y puros. Eran benditos quienes denunciaban a las personas que habían vendido su alma al diablo. La clásica «caza de brujas» fue un subproducto de la búsqueda de la salvación. 

La caza de hombres lobo fue una manifestación del mismo tipo de sentimiento religioso; los juicios de brujas y los juicios de hombres-lobo están interrelacionados. Es en Francia, país de brujas, donde son más frecuentes los hombres-lobo. En un período de algo más de 100 años, entre 1520 y 1630, en Francia se registraron nada menos que 30.000 casos de hombres-lobo, hecho documentado en las actas de juicios de hombres-lobo que se conservan en los archivos públicos. 

En 1573, en Dole, cerca de Dijon, en el centro de Francia, un hombre-lobo llamado Gilles Garnier fue acusado de devastar la campiña y devorar niños pequeños; tras confesar sus crímenes, ardió en la hoguera. 

Unos años después, en 1598, en una zona desolada y desierta cerca de Caude, unos campesinos franceses tropezaron con el cadáver mutilado y manchado de sangre de un chico de 15 años. Un par de lobos que habían estado devorando el cadáver huyeron hacia unos matorrales cuando los hombres se acercaron. Los persiguieron... y casi inmediatamente encontraron un hombre medio desnudo acurrucado en los matorrales, con cabellos largos, barba descuidada y uñas largas que parecían garras y estaban manchadas de sangre fresca y restos de carne humana. 

El hombre, Jacques Rollet, era un ser patético, un débil mental que padecía apetitos caníbales. Estaba desgarrando el cuerpo del muchacho cuando fue sorprendido por los campesinos. Es imposible determinar si aparecieron o no lobos en ese caso, o si aquella imagen fue fruto de la imaginación de los campesinos. Pero lo cierto es que Rollet creía ser un lobo, y mató y devoró a varias personas bajo la influencia de esa alucinación. Fue sentenciado a muerte, pero los tribunales de París anularon la sentencia y le encerraron, caritativamente, en un manicomio, una institución donde hubieran debido terminar sus días la mayor parte de los hombres lobo, en vez de ser ajusticiados.

En tiempos más recientes, el fenómeno de los hombres-lobo se ha situado en el reino de la realidad subjetiva, pero sin perder nada de su horror. Se decía que tres hombres-lobo frecuentaban la zona boscosa de las Ardenas, en Bélgica, justo antes de la primera guerra mundial; en la misma época, en Escocia se rumoreaba que un pastor ermitaño de Invernesshire era un hombre-lobo. En 1925 un pueblo entero, cercano a Estrasburgo, declaró que un muchacho local era un hombre lobo y, cinco años después un hombre-lobo francés aterrorizó a la localidad de Bourg-la-Reine. 

Algunas Leyendas 


Hay dos categorías de hombre lobo; hombres lobo falsos o Lycanthropic casos de desórdenes genuinos.

Trastorno Licantrópico es un estado mental en que el sujeto (llamado Lycanthrope), cree que él o ella es un hombre lobo.  El tema en realidad no cambia de forma, pero sin embargo es capaz de ser tan peligroso como un hombre lobo real.  La mayoría de los casos de supuesta hombre lobo son realmente las obras de las víctimas trastorno licántropo.

Una de las leyendas de hombres lobo provenientes de los Balcanes, asegura que si un hombre bebe en las mismas aguas en las que recientemente haya abrevado un lobo, puede transformarse en licántropo.


En Irlanda se creía que si un fraile era excesivamente severo con sus fieles durante la víspera de Pascuas, estos seguramente se convertirían en lobos. Incluso el célebre San Patricio maldijo a un clan irlandés por su falta de fe, por lo que todos sus miembros se convirtieron en lobos en un plazo de siete años.

Algunas leyendas españolas mencionan que las brujas locales tenían una particular facilidad para convertirse en lobas, y se afirmaba que si una de estas damas observaba fijamente a un infante, éste también pertenecería al selecto clan de licántropos.


En Italia eran menos complicados en cuanto a las posibilidades de transformación, ya que sólo bastaba haber sido concebido durante el plenilunio, o dormir a la intemperie durante los viernes bajo la luz de la luna para pertenecer a la familia de los licántropos. 

El hombre lobo podía adquirir varias formas, a veces adoptaba la figura de un lobo negro de enormes dimensiones, o también como un ser de forma humana, pero excesivamente velludo y de profundos ojos rojos. Esta última forma es la que supo tener más representaciones ilustrativas en los grimorios.

Los hombres lobo de la edad media atacaban directamente al cuello, y consumían la carne cruda, aunque no los órganos, sino sólo los músculos y la piel. En general, se pensaba que las brujas podían convertirse en lobas mediante el empleo de ciertas capas con propiedades mágicas.

Esta creencia también logró una especie de metamorfosis, ya que con el tiempo se convirtió en arte. En la fantástica obra de Goya, El vuelo de las brujas, puede verse a una hechicera bajo un manto, momentos antes de adoptar la forma de una loba para acudir al aquelarre.


Durante el apogeo de la Santa Inquisición, no era necesario contemplar a un hombre lobo para detectarlo, ya que existían señales muy precisas para comprobar si un hombre cambiaba su forma durante las noches. 

El hombre lobo de Allariz

Todo comienza en el lugar de Regueiro, un pequeño pueblecito de la provincia de Ourense, el 18 de Nov. de 1809 en el que nace el que será conocido como "el hombre lobo de Allariz".

Con 21 años se casa con una vecina de Soutelo de la que enviudará tres años después. Es entonces cuando decide recorrer los caminos como tendero ambulante, caminos que le llevarán muy lejos de su Regueiro natal, de los valles de Maceda  y Conso, de las Sierras de San Mamede, de la provincia de Ourense e incluso del reino de Galicia.

Era un hombre mañoso, de esos que dicen "aprendiz de todo, maestro de nada", fue cordelero, segador, sastre, trabajó la lana haciendo de hilador o tejedor (labor que en la época era realizada por mujeres. pero ya desde su juventud tenía fama de ser un poco afeminado). Sus paisanos decían que era un tipo normal, los forenses lo definieron como de mirada dulce y tímida pudiendo volverse altiva y feroz o por el contrario, sumamente serena.

En la Galicia de la época (y en el resto de España), los que cortaban el bacalao eran la nobleza y el alto clero suficientemente diferenciados de los hidalgos y de los campesinos hacendados. Nuestro protagonista, Manuel Blanco Romasanta, se llevaba bien con los curas y se manejaba mucho mejor con los campesinos.

El 21 de Agosto de 1843 desaparecía Vicente Fernández, alguacil de León que iba a embargar al gallego por una deuda de 600 reales. Las sospechas confluían en Romasanta, que había puesto tierra por medio y fue juzgado en rebeldía aunque nadie pudo aportar pruebas, por aquél entonces él se encontraba de nuevo en su tierra, había abandonado la venta ambulante e intentaba pasar desapercibido ganándose la confianza de sus paisanos.

Al pasar un par de años empezó a confiarse y paulatinamente volvió a su oficio de tendero y mujeres y niños empezaron a desaparecer. Cuando le detuvieron confesó haber matado a trece personas convertido en lobis home (hombre lobo) por una maldición que le echó alguno de sus parientes en su juventud y tras los asesinatos tenía alucinaciones en las que se veía rodeado de lobos.

Fue condenado por nueve asesinatos y absuelto de cuatro. Ha pasado a la Historia como el único caso perfectamente documentado de licantropía en España (aunque realmente nadie lo creyera en su momento). Siempre eran presas fáciles, mujeres o niños, mataba a las víctimas con las manos y la boca y después se las comía.

En tierras de Ourense antes de conocerle como el hombre lobo, se le conocía como el "Sacamanteigas" (sacamantecas), y "home do unto" y así se le sigue conociendo en muchas zonas de la montaña ourensana, incluso muchos piensan que no eran la misma persona.

Y ¿por qué Sacamantecas?

Decían que se llevaba a los niños y a las mujeres con engaños, los mataba, les sacaba el sebo o unto y lo vendía con excesivo lucro (así dicen los legajos), en Portugal. De manera macabra aunque eficaz, aún se asusta a los niños que no quieren acostarse a su hora diciéndoles que va a venir el hombre del saco o el sacamantecas y claro se van a la cama, pero se pasan gran parte de la noche sin dormir con el corazón helado por el miedo... La "causa contra el hombre lobo" (más de 2000 páginas), se guarda en el Archivo del Reino de Galicia en A Coruña y los manuscritos todavía estremecen a los que los consultan.

Fue condenado a muerte por garrote vil. La reina de España, Isabel II se interesó vivamente por el caso y le conmutó la pena por cadena perpetua...trasladado de la cárcel de Allariz a Celanova, su muerte está sumida en el misterio. No hay más datos documentales, unos dicen que fue trasladado a Ourense, pero no hay referencias de ese traslado, otros dicen que murió en la cárcel vestido de mujer, o que se le perdió la pista en los calabozos de Celanova bajo la protección de la casa real y otros, sienten un terror ancestral al recorrer los caminos gallegos en las noches de luna llena.

De esta historia se han hecho varias películas y documentales entre las que cabe destacar la película Romasanta (2004), en la que participó Elsa Pataki entre, o el documental de Cuarto Milenio, también podéis encontrar bastante información en la utilidad de Google Books que ya os había mostrado anteriormente simplemente poniendo en el cuadro de búsqueda Romasanta.

Más famoso es el caso ocurrido en Dôle, Franco Condado, en 1573, donde el Parlamento se hizo eco de las denuncias de varias localidades, según las cuales, "en los últimos tiempos se ha visto con frecuencia un hombre lobo, que al parecer ha apresado a varios niños pequeños, a quienes no se ha vuelto a ver".

Se supo que el hombre era un pordiosero errante llamado Jacques Roulet y le juzgaron en la ciudad de Angers en agosto de 1598. Al emitir su veredicto, el jurado tuvo que decidir si Roulet era un hombre convertido en lobo (un werewolf), o un licántropo, que es algo semejante pero ligeramente distinto.

Gilles Garnier, hombre lobo y caníbal

El 9 de noviembre, unos campesinos rescataron a una niña de las fauces de un enorme lobo. Éste escapó, pero algunos testigos creyeron reconocer en la bestia los rasgos de Gilles Garnier, "el eremita de Saint Bonnot". Seis días después, la desaparición de un niño de 10 años provocó el apresamiento de Garnier, quien confesó ser un hombre-lobo y haber matado y devorado a varios niños. La carne de una de sus víctimas le pareció tan exquisita que le llevó un trozo a su mujer. El eremita de Saint Bonnot fue quemado vivo el 18 de enero de 1574.

La intervención diabólica y la relación con la hechicería queda patente en un caso ocurrido treinta años más tarde en las Landas, donde un pastor de 14 años, Jean Grenier, confesó que:

"Cuando tenía diez u once años, mi vecino, Del Thillair, me presentó, en las profundidades del bosque, al Maître de la Forêt, un hombre negro que me hizo una señal con una uña y nos dio a Del Thillaire y a mi una piel de lobo y una pomada. De vez en cuando, corro por el campo bajo la forma de un lobo".

Según su declaración, tras ponerse la piel de lobo y untarse con el ungüento, se transformaba en lobo, aspecto bajo el cual había devorado a más de cincuenta niños de la comarca. El tema del cinturón de piel de lobo reaparece en otro proceso famoso, esta vez alemán. El acusado, Peter Stubbe, afirmaba estar en posesión de un cinturón mágico de piel de lobo, "proporcionado por el diablo", que le daba la capacidad de transformarse en lobo. De esta forma, atacó, violó y devoró a muchas víctimas, entre las cuales se hallaban dos mujeres embarazadas, de las que extrajo el feto para comerse el corazón caliente del mismo.

Puesto que nadie, en esa época, dudaba de la existencia de los hombres lobos, en los que se veía una manifestación del diablo, personas muy sabias disertaban sobre los casos registrados. Pedro Mamor, rector de la Universidad de Poitiers en el siglo XV, no muestra escepticismo alguno cuando comenta el siguiente testimonio: una campesina habría visto a su marido vomitando el brazo y la mano de un niño que habría devorado mientras su cuerpo había tomado la forma de un lobo.

Los anales judiciales registran muchos procesos de los cuales comparecen personas sospechosas de ser hombres lobos. En 1521, en Francia, dos campesinos, Burgo y Vicente, fueron juzgados bajo esta acusación. Sin embargo, uno de los procesos más famosos se desarrolló en el Franco Condado en 1574, cuando se juzgó a un hombre llamado Gilles Garnier, acusado de haber asesinado a muchas personas, entre ellas a varios niños, y de haberlas devorado después de transformarse en lobo.

¿Cuáles fueron las pruebas presentadas?

¡Las de haber ofrecido de esa carne a su mujer! A través de un pacto con el diablo, Garnier adquirió la capacidad de transformase en lobo. Muchos testigos cuentan en el proceso haber tenido conocimiento de este pacto. El mismo acusado reconoce haber utilizado un ungüento mágico para cubrir su cuerpo antes de atacar a sus víctimas.

"Los hombres lobo, son ciertos hechiceros, que al untar sus cuerpos con un ungüento que ellos elaboran con el instinto del diablo, y lo ponen en cierta faja encantada, no sólo a la vista de otros lucen como Lobos, sino que su propio pensamiento tiene la forma y naturaleza de lobos, tan pronto como estos visten la faja mencionada. Y disponen de sí mismos como Lobos, al mordisquear y matar, en especial a criaturas humanas"

"Los ungüentos y las savias en cuestión pueden contener agentes alucinógenos (en particular los derivados de la belladona)".

Richard Verstegan Restitution of Decayed Intelligence, 1628.

Tales eran los puntos de vista acerca de la licantropía a través de Europa Continental cuando Verstegan escribió:


El proceso contra Garnier es muy similar a aquellos en que se juzgaba a hechiceros o brujas y el culpable era condenado a la pena habitual en los casos de hechicería: a la hoguera.


Las muchachitas de Midnapore


La mayor parte de los casos de niños lobos modernos se han registrado en la India, particularmente en la selva de Bengala. La historia más célebre es la de las niñas de Midnapore.

Fueron dos jovencitas, descubiertas en 1920 por un misionero indio, el reverendo J. Singh. Encontradas en la cueva de una loba, las pequeñas fueron conducidas al orfelinato de Midnapore, de donde dependía el reverendo. La más joven fallece rápidamente, sin haber podido caminar ni hablar, y la segunda, aprende penosamente a sostenerse de pie y a pronunciar algunas palabras.

Un caso reciente

Nuevamente en la India, pero en 1976, en la selva de Sultampur, se encuentra un niño de cerca de ocho años, que juega con unos lobeznos. Está hirsuto y sucio y sus uñas son largas como garras. Los aldeanos que lo descubren tratan en vano de civilizarlo y luego lo confían a las Misioneras de la Caridad en Lucknow, al norte de Nueva Delhi, junto a las cuales el niño vive hasta su muerte, en 1985.

Los niños lobo


El tema del niño lobo ha inspirado algunas antiguas mitologías, tal como la historia de Rómulo y Remo, los hermanos fundadores de Roma, cuya leyenda cuenta que fueron criados por una loba. Pero muchos casos de niños alimentados por lobos sucedieron realmente.

En la Europa medieval: En Hesse, en 1341, se registra por primera vez el hecho de un niño criado por lobos. El muchacho, descubierto por unos cazadores, se desplazaba exclusivamente en cuatro patas y saltaba muy alto. Cautivo, no soporta su nueva vida y muere rápidamente. Tres años más tarde, se menciona un nuevo caso de un niño alimentado por lobos. Esta vez, el retorno a la civilización no acarrea la muerte del niño, quien aprende a hablar y vive hasta los 80 años. Los documentos evocan, sin embargo, su tristeza al haber sido separado de los lobos. 


Hombres Lobo, buenos o malos



Eso depende como los hayan educado. Pero naturalmente son buenos, al igual que un lobo común solo atacan por defensa o necesidad de comer, pero comen animales como ganado. Excepto si están en su forma híbrida pues no controlan lo que hacen aunque lo pueden dominar. Un hombre lobo forma híbrida no es tan tonto o sanguinario si nos damos cuenta de que tiene la inteligencia de un homo, hábiles lo que lo hace matar gente en luna llena es un instinto de inseguridad.



Epidemia extendida y resistente al paso del tiempo



En 1589, un asunto bastante parecido ocurre en Alemania. Un campesino llamado Pedro Stumf es acusado de haber asesinado y devorado, bajo la apariencia de un lobo, a trece niños, entre ellos a su propio hijo, y de haberse festinado con su cerebro. El culpable fue ejecutado cerca de Colonia.


Pero la licantropía no es sólo un atributo masculino. Las mujeres también son capaces de transformarse en lobos. En Lausanne, en 1604, cinco brujas metamorfoseadas en lobas se llevan a un niño y lo devoran después de haberlo hervido -extraño refinamiento en seres acusados de actuar como animales. Como pareciera que estos hechos fueron comprobados, ellas también fueron quemadas vivas.
La obsesión por los hombres lobos es, pues, inmensa por lo que se organizan en Francia, en numerosas provincias, batidas destinadas a cazar a estas criaturas inmundas. Hasta cerca de 1610, numerosos casos fueron registrados. En el siglo de la razón, el de descartes, el oscurantismo y el fanatismo continúan dando libre curso a un celo asesino. Leyendas que se refieren a hombres que se transforman en lobos son conocidas desde la Antigüedad. El término mismo de “licantropía” viene del nombre de un rey griego, Lycaon, soberano de Arcadia, transformado en lobo por Zeus por haber osado servirle carne humana durante un banquete.

El rigor de los inviernos a fines de la Edad Media y a comienzos de la época moderna así como el temor a los lobos, todavía muy presente en los bosques de Europa entre los siglos XV y XVI, pueden explicar la epidemia de hombres lobos que se produjo en esa época. Pero la convicción de que un ser humano puede transformarse en un animal depredador no es sólo propia del mundo occidental.
La figura del hombre tigre y la del hombre cocodrilo desempeñan un rol análogo a la del hombre lobo en las leyendas indias y africanas, por ejemplo. A pesar de que es imposible que un hombre se trasforme efectivamente en lobo, ello no significa que algunas mentes enfermas no hayan podido creer que ellas mismas son capaces de tal metamorfosis.

Otras Leyendas


Una de las leyendas de hombres lobo provenientes de los Balcanes, asegura que si un hombre bebe en las mismas aguas en las que recientemente haya bebido un lobo, puede transformarse en licántropo.

En Irlanda se creía que si un fraile era excesivamente severo con sus fieles durante la víspera de Pascuas, estos seguramente se convertirían en lobos. Incluso el célebre San Patricio maldijo a un clan irlandés por su falta de fe, por lo que todos sus miembros se convirtieron en lobos en un plazo de siete años.

Algunas leyendas españolas mencionan que las brujas locales tenían una particular facilidad para convertirse en lobas, y se afirmaba que si una de estas damas observaba fijamente a un infante, éste también pertenecería al selecto clan de licántropos.

En Italia eran menos complicados en cuanto a las posibilidades de transformación, ya que sólo bastaba haber sido concebido durante el plenilunio, o dormir a la intemperie durante los viernes bajo la luz de la luna para pertenecer a la familia de los licántropos.

El hombre lobo podía adquirir varias formas, a veces adoptaba la figura de un lobo negro de enormes dimensiones, o también como un ser de forma humana, pero excesivamente velludo y de profundos ojos rojos. Esta última forma es la que supo tener más representaciones ilustrativas en los grimorios.

Los hombres lobo de la edad media atacaban directamente al cuello, y consumían la carne cruda, aunque no los órganos, sino sólo los músculos y la piel.

En general, se pensaba que las brujas podían convertirse en lobas mediante el empleo de ciertas capas con propiedades mágicas. Esta creencia también logró una especie de metamorfosis, ya que con el tiempo se convirtió en arte. En la fantástica obra de Goya, El vuelo de las brujas, puede verse a una hechicera bajo un manto, momentos antes de adoptar la forma de una loba para acudir al aquelarre.

Durante el apogeo de la Santa Inquisición, no era necesario contemplar a un hombre lobo para detectarlo, ya que existían señales muy precisas para comprobar si un hombre cambiaba su forma durante las noches.


Algunos síntomas atribuidos a la licantropía


En Italia, durante el siglo XVI, se pensaba que a los hombres lobo cuando adoptaban la forma humana, ocultaban su exceso de pelo en el interior del cuerpo, es decir, el hirsuto y negro pelaje crecía hacia adentro durante el día para brotar durante la metamorfosis. Existen varias referencias a los pobres diablos que cayeron bajo las garras de esta creencia, quienes eran escaldados por el clero para probar las irrisorias acusaciones de licantropía.

Los procedimientos y procesos contra los hombres lobo son variados y muy numerosos, y los remedios para combatirlos son tantos que sería imposible describirlos a todos, por lo que sólo daremos cuenta de los más célebres, lo que no quiere decir que sean los menos absurdos.

En Francia se creía que el único modo de matar a un hombre lobo era extraerle tres gotas de sangre; tarea que seguramente es más complicada que inverosímil. Por si la dificultad fuese de por sí escasa, la tradición quiere que la extracción de las tres gotas tenga lugar durante la metamorfosis.

En los Balcanes fueron más prudentes en este sentido, ya que bastaba con darle al licántropo una infusión de acónito (una planta medicinal) para eliminarlo.

Para aquellos fundamentalistas de la tradición, les advertimos que la creencia en las balas de plata como medio de matar a un hombre lobo, se remonta precisamente a la época en que las balas fueron inventadas. Mi búsqueda de casos de leyendas de licántropos eliminados mediante el disparo de balas de plata anteriores a la invención de la pólvora, han dado resultados negativos.

Aclaramos que no sólo basta una bala de plata para matar a un hombre lobo. El asunto es un poco más complicado, ya que la bala debe estar confeccionada con la plata de algún objeto religioso o sagrado, y luego santificada por un clérigo o leguleyo.


El lobizón


También conocido en otras regiones sudamericanas como lobisón, lubisonte y luisón, es un equivalente al sinónimo sudamericano del hombre lobo europeo.


La leyenda dice que el lobizón es el séptimo y último hijo de Tau y Kerana, en quien sobre cayó la mayor maldición que pesaba sobre sus progenitores (esto último, según la Mitología Guaraní), que en las noches de luna llena de los Viernes; y/o Martes se transforma en un "animal" que mezcla las características de un perro muy grande y un hombre (otras veces, también, mezcla las características de un cerdo).


Para la transformación, el maldecido, comienza sintiéndose un poco mal; por ejemplo comienza sintiendo dolores y malestares, luego , presintiendo lo que va a venir, busca la soledad de un lugar apartado, como la partes frondosas del monte, se tira al suelo y rueda tres veces de izquierda a derecha, diciendo un credo al revés. El hombre lobizón se levanta con la forma de un perro inmenso, de color oscuro que va del negro al marrón bayo (dependiendo del color de piel del hombre portador de "la dos brasas encendidas, patas muy grandes que son una mezcla de manos humanas y patas de perro, aunque otras veces, también tienen forma de pezuñas y que despide un olor fétido, como a podrido. Luego se levanta para vagar hasta que caiga el día. Cuando los perros notan su presencia le siguen aullando y ladrando, pero sin atacarlo, por donde vaya. Se alimenta de las de heces de gallinas (por eso se dice que cuando el granjero ve que el gallinero esta limpio, es porque el lobizón anda acechando por el lugar), cadáveres desenterrados de tumbas y de vez en cuando come algún bebé recién nacido que no haya sido bautizado. 



El lobizón es reconocido porque:


  • Son hombres flacos y enfermizos, que desde niños, fueron personas solitarias y poco sociables.
  • Cae siempre en cama enfermo del estómago los días después de su transformación.

  • El hechizado vuelve a su forma de hombre al estar en presencia de su misma sangre, así, al ser cortado, recuperará su verdadera forma.
  • Se vuelve enemigo a muerte de quien descubre su sagrado secreto y no se detendrá hasta verlo muerto.
Para matar a un lobizón se tiene que hacer con un arma blanca o con una bala bendecida.

Para alejarlo, ante su presencia, se debe arrodillar y rezar un padre nuestro, realizar la señal de la cruz, arrojarle agua bendita o un tizón al rojo vivo y/o también botellas rotas. El hombre-bestia puede volver a pasar su maldición, pasando por debajo de las piernas de otra persona, así el queda curado y el otro hombre queda maldecido. Al matarlo el se transformara en humano nuevamente y así podrá ser liberado del mal que lo acosa.

Las diferentes historias, por lo general, no muestran al ya nombrado lobizón como una bestia agresiva con los humanos, si no que más bien pacífica aunque hay que estar siempre alerta ante un posible ataque, ya que no es una bestia amigable.


Algunos casos de Lobizónes en Argentina 


El Lobizón de Chivilcoy

Según una extensa investigación realizada por el relator y sociólogo popular Angulino, el primer caso de Hombre Lobo que se tenga registro en la Argentina, ocurrió en la ciudad de Chivilcoy, Pcia. de Buenos Aires, cerca del almacén “La Colorada” (aún hoy está funcionando este almacén), en el camino que une Chivilcoy con Moquehuá. Esto fue alrededor del año 1877.

La familia que tuvo siete hijos varones seguidos (el más chico que se transformaba en Lobo tenía en ese entonces 19 años), malvendió su campo y se fueron a vivir a la provincia de Mendoza. Los que saben el apellido de esa familia dicen que trae muy mala suerte mencionarlo. Contaba el peluquero José Elías (1903 / 1991) que él en su juventud abrió una peluquería en Henry Bell (cerca del almacén “La Colorada”) y llegó a cortarle el pelo al Lobizón, ya que éste en su vejez regresó a Chivilcoy para conocer el lugar donde había nacido. El ex “Hombre Lobo” le contó al peluquero Elías que se convirtió en Lobo por más de tres años las noches de luna llena (primero en Chivilcoy y después en Mendoza), hasta que su padre (que era ateo), aceptó rebautizarlo en siete iglesias distintas y que el padrino sea su hermano mayor.

Según el equipo de antropólogos NAyA, en Argentina la costumbre de que el hermano mayor sea el padrino, se cambió luego por el padrinazgo presidencial. Se sabe a través de relatos orales, ya que los archivos se quemaron a mediados del siglo pasado, que en 1907 se realizó el primer bautismo con padrinazgo presidencial para revertir el maleficio, en la localidad de Coronel Pringles. Un inmigrante ruso padre de un séptimo hijo varón importó una tradición que cumplían rigurosamente los zares. En 1973 el presidente Perón legalizó a través del decreto 848 una costumbre que ya se había generalizado en la práctica. Según el decreto los padres pueden optar por el padrinazgo "moral" (ya que raramente concurren) del Presidente de la Nación. Asimismo, los integrantes de la División de Padrinazgos de la Casa de Gobierno se encargarán de hacerle llegar una medallita de oro y un diploma conmemorativo. También tendrán una beca para sus estudios primarios y secundarios.


El lobizón de Rosario del Tala



En todo el mundo se conoce la leyenda del hombre lobo, pero éste mito está particularmente arraigado en la Argentina, en la cual se lo conoce como lobizón. El lobizón es el séptimo hijo varón de un matrimonio, el cual presenta dicha condición y está condenado a vagar transformado en lobo en las noches de luna llena. Esta es una creencia muy difundida, sobre todo en las provincias del interior del país, y surge del folclore regional. Sin embargo en la localidad de Rosario del Tala, provincia de Entre Rios, desde el mes de mayo varios habitantes han podido ver a una criatura que ellos afirman que es un lobizón. El hecho cobró dimensión suficiente como para motivar una investigación por la policía local, debido a la cantidad de denuncias sobre el presunto lobizón.



"El jefe de la Departamental de Policía de Tala, Bernardo Sibulofsky, en declaraciones a Radio La Voz confirmó que según testimonios de pobladores de Rosario del Tala, por las noches, se puede divisar, una criatura a la que denominaron “lobizón”. Algunos sostienen que es cuadrúpedo, otros que es bípedo, pero todos coinciden en que corre de forma desaforada y en cercanías del cementerio."

"La primera vez que se conoció la noticia fue un vecino del boulevard Belgrano donde una noche los perros toreaban y toreaban, era como las 23 horas, el vecino sale a ver lo que sucede y los perros ingresan rápidamente a su casa al abrir la puerta, observa en un cono se sombra una especie de potrillo, Cuando este animal, sale de la oscuridad ve cuando lo mira y sus ojos son rojos, al observar esto, ingresa rápidamente a su casa. A los pocos días una vecina de calle Basavilbaso llama a la policía porque hay un potrillo de las mismas características anteriores pero que corretea a gran velocidad, cuando el móvil policial va a confirmar el dato no encuentra nada.

Un par de semanas después un vecino de calle 1° de mayo ve un animal similar que está rodeado por perros, cuando esta cosa ve a esta persona se aleja rápidamente.

Varias son las hipótesis sobre la naturaleza de este ser, pero la más difundida es que podría ser una rara variedad de perro llamada Araguará Guazú, un canino de gran tamaño, aspecto desgarbado y grandes zancos, por lo que se encuentra casi extinto debido a que se los mataba creyendo que eran lobizones. Sin embargo, éste animal no tiene la facultad de pararse en dos patas, como los testigos aseguran que haría el presunto lobizón.




Bestia Asesina


En Estados Unidos, en 1946, una reserva de indios navajos padeció con frecuencia las tropelías de una bestia asesina a quien muchos consideraban un hombre-lobo (las tradiciones de los navajos incluyen muchas historias de hombres-lobo). Tres años después, en Roma, una patrulla policial fue enviada a investigar la extraña conducta de un hombre que padecía alucinaciones: perdía el control cuando la luna estaba llena y emitía aullidos fuertes y aterradores.

En Singapur en 1957, también se llamó a la policía para que investigara lo que las autoridades consideraban una larga serie de ataques de hombres-lobo a las ocupantes de una residencia de enfermeras en la isla principal. Una enfermera despertó y vio «una cara horrible y peluda, con grandes colmillos salientes», que, la miraba fijamente. El misterio nunca fue resuelto, y tampoco el caso de la colegiala de 16 años de la localidad de Rosario do Sul, en el sur del Brasil, que en 1978 sufrió «terribles visiones y demonios» y que creía que el espíritu de un lobo salvaje se apoderaba de ella y la dominaba. 

En 1975, los diarios británicos estuvieron llenos de extraordinarios informes acerca de un joven de 17 años, residente en Eccleshall (Staffordshire), quien, creyendo que se estaba transformando en un hombre-lobo, puso fin a sus padecimientos mentales clavándose una navaja en el corazón. Uno de sus compañeros de trabajo dijo en la investigación que el joven le había llamado por teléfono antes de morir. «Me dijo -contó el testigo- que su cara y sus manos estaban cambiando de color y que se estaba transformando en hombre-lobo. Calló, y después empezó a gruñir.»

Puede que la tradición de los hombres-lobo se apoye en la ignorancia y las alucinaciones, pero su influencia siempre ha sido extraordinariamente poderosa. 



¿Cuál es la verdad sobre los Hombres lobo?


A diferencia del monstruo de Frankenstein o los zombies, la leyenda del hombre lobo, junto a la del vampiro, es uno de los relatos sobrenaturales más tradicionales y universales en la historia del hombre. El concepto de hombre lobo ha variado a través de los siglos y culturas, aunque en esencia siempre ha sido el mismo: un hombre es transformado en una bestia feroz de manera involuntaria, a causa de una fuerza mayor, como puede ser la brujería o una maldición.

Fue durante la Edad Media, en Europa, cuando el mito cobró especial trascendencia por sobre el resto del mundo. El lobo era un animal muy común en los vírgenes bosques del territorio europeo, y su instinto feroz lo obligaba a frecuentar aislados ataques contra los humanos. La gente le temía y permanecía en sus hogares durante la noche. Se creía en el mito del hombre lobo de manera casi unánime, y la fe podía más que la razón –sobre todo en la Edad Media–. Está claro que los hombres lobo no existían de verdad. Al menos no como los vemos ahora en las películas, o como se los imaginaban particularmente en la Edad Media. Pero, ¿podía existir alguna explicación lógica a toda esta histeria colectiva?

El cine y la literatura ayudaron a fortalecer el mito en nuestra época. Aunque a veces de manera irrisoria.

Recientemente, algunos estudios han identificado al cornezuelo, un hongo venenoso que crece en las cosechas de centeno, como el responsable de todo. Este hongo produce efectos alucinógenos, histeria y paranoia masivas sobre poblaciones enteras. Incluso, el LSD es un derivado directo del cornezuelo. Los efectos del hongo, sumados a la masiva presencia de lobos en los bosques de Europa, daban como resultado una explicación científica de la presencia del hombre lobo durante la Edad Media.

Sin embargo, la teoría del cornezuelo nos queda un tanto vaga porque deja muchas hipótesis sin resolver en su camino. Por ejemplo, ¿cómo se explicaría la creencia del mito del hombre lobo en rincones del mundo donde la cosecha de centeno no es habitual? Y si la teoría del cornezuelo realmente daría cuenta de la existencia del hombre lobo producto de una alucinación masiva, ¿por qué no se utiliza también para explicar las miles y miles de leyendas que habitan en todas las culturas del mundo?

Existen otras teorías científicas al respecto: teorías psicológicas, antropológicas, clínicas, pero ninguna nos convence tanto como la Hipertricosis. La Hipertricosis es un estado –no una enfermedad– que sufren algunos seres humanos, muy pocos, que recubre las partes del cuerpo –normalmente el rostro– con una cantidad de pelo que varía su intensidad según el nivel de la condición. Hasta hace pocos años atrás, la Hipertricosis continuaba siendo una condición muy poco difundida.


Estudios recientes indican que los primeros casos de Hipertricosis datan de la Edad Media. El mismísimo rey Enrique II de Francia, supremo líder de ese país hacia fines de la Edad Media, contaba entre sus raros especimenes con un pequeño niño de 10 años de edad nacido con Hipertricosis. El niño acabó mostrando grandes aptitudes, y pronto se convirtió en el sirviente preferido del rey en la Mesa Real francesa. ¿Podría haber sido la Hipertricosis, entonces, la causa de la creencia generalizada en el hombre lobo? Podría serlo. No resulta tan descabellado pensarlo.


Manuel Diaz Acevez trabajaba en un circo, y ayudó a convertir a la Hipertricosis en un tema trascendente. Murió de causas naturales en el 2003, a los 65 años. Sólo se cuentan unos 50 casos de Hipertricosis hasta la fecha. Aquellos que la sufren pueden realizar una vida completamente normal. 

Lo que la Hipertricosis no explica son los numerosos asesinatos y violaciones producidas durante la Edad Media en nombre del hombre lobo, tanto por parte de acusados como acusadores. Así es. Los hombres acusados de tales crímenes alegaban haberse transformado en lobos, para así justificar las violaciones que producían.
Otros apenas caían presos de los argumentos de los inquisidores, imposibilitados a exponer su versión de los hechos. Algunos crímenes alcanzaban a incluir la ingesta de distintas partes del cuerpo de la víctima. Lo que no se sabe a ciencia cierta es si entre los tantos acusados de estos crímenes podría haberse incluido alguna persona que sufra de Hipertricosis, y así haber podido elevar aún más la histeria popular de la época entorno al hombre lobo.



Al final de la Edad Media este tipo de casos concluyeron en una apreciación en común: los acusados eran simples enfermos mentales. Así, como quien no quiere la cosa.


¿Habrán existido?



Las leyendas que se refieren a hombres que se transforman en lobos son conocidas desde la Antigüedad. Es más el término mismo de «licantropía» viene del nombre de un rey griego, Lycaon, soberano de Arcadia, transformado en lobo por Zeus por haber osado servirle carne humana durante un banquete.


A pesar que es imposible que un hombre se transforme efectivamente en lobo, ello no significa que algunas mentes enfermas no hayan podido creer que ellas mismas son capaces de tal metamorfosis. Por lo demás, el término licantropía designa en psicoanálisis, una dolencia en la cual el paciente se imagina ser un lobo, alucinación que explica sin duda el extraño desarrollo de ciertos procesos y las confesiones de los acusados. 

Esta leyenda tuvo su momento de auge durante los siglos XV y XVI, los hombres lobos, como se les llamaba, fueron un tema recurrente, ya que una verdadera psicosis reinaba entonces entre el campesinado y numerosos individuos acusados de «licantropía» (capacidad de transformarse en lobos) fueron juzgados y condenados por los tribunales por haber cometido asesinatos de carácter canibalesco bajo la apariencia de lobos. 

Ni los más eruditos en ese tiempo dudaban de la existencia de hombres lobos. Tal como nos lo describe Pedro Mamor, rector de la Universidad de Poitiers en el siglo XV, quien comenta el siguiente testimonio: " una campesina habría visto a su marido vomitando el brazo y la mano de un niño que habría devorado mientras su cuerpo había tomado la forma de un lobo ". Los anales judiciales registran muchos procesos en los cuales comparecen personas sospechosas de ser.


No está todo explicado


Los casos de hombres lobo diabólicos se suceden a lo largo de nuestra historia desde el siglo XVI. En algunos casos se trata de una maldición, una posesión diabólica que obliga al individuo a convertirse en una fiera sedienta de sangre. En otros, son hechiceros, que mediante ungüentos, cinturones o rituales, se transforman en animales para acudir al aquelarre y experimentar goces brutales y prohibidos.

Desde esos primeros tiempos, la ciencia ha intentado dar explicación al fenómeno. Para algunos, sería la rabia, trasmitida a seres humanos por perros o lobos enfermos, y cuyos síntomas, como el babeo y la necesidad de morder, habrían dado lugar a la leyenda. Para otros, se trataría de la porfiria, una enfermedad genética que provoca un crecimiento inusitado del vello facial y corporal, fotosensibilidad -lo que les obliga a vivir de noche-, deterioro de la nariz, orejas, párpados y dedos, así como enrojecimiento de dientes y uñas. Otros han aludido a los efectos de los ungüentos alucinógenos. Hay quien afirma incluso que la existencia de niños salvajes, abandonados y criados por lobos, habría dado lugar al nacimiento del mito. Para los psicólogos, se trata de licantropía, asociada a psicosis maníaco-depresivas, neurosis histéricas disociativas, esquizofrenia, epilepsia y síndromes cerebrales orgánicos.



Lo cierto es que, aunque sirvan para aclarar muchos casos estudiados recientemente, ninguna de las hipótesis propuestas parece ofrecer una explicación satisfactoria del fenómeno. Hay muchos chamanes que aseguran convertirse en lobos en su viaje extático. Su condición de espíritus libres les permite adquirir la forma que deseen. El haber tomado conciencia de la verdadera naturaleza que se oculta tras cada forma y especie parece haberles dado la posibilidad de liberarse de un sólo estado de Ser, pudiendo así asumirlos todos, según sus necesidades.

Caso opuesto sería el de los hechiceros y los hombres-lobo involuntarios, ambos llevados por impulsos malignos y destructivos. Las tradiciones de diferentes culturas afirman que el hombre posee varias almas, una de las cuales es la de un animal o un vegetal y que a veces "reside" realmente en uno de estos seres. Desde el punto de vista tradicional, esta creencia equivales a decir que entre el Ser inmutable e incalificable y la forma manifiesta en lo material existen diversos estratos psíquicos intermedios, más concretos y limitados cuanto más nos acercamos a la forma asumida tal como la percibimos en este mundo. Cuando esta forma muere, el Ser adopta otra. Pero al igual que la materia física del cuerpo se descompone en múltiples partes que van a integrarse en otros cuerpos (parte de nuestra materia puede haber formado parte antes de una fruta, un cristal o una estrella ya desaparecida), la sustancia psíquica se desintegra a su vez, yendo a conformar la materia psíquica de otros seres.